Problemas matrimoniales
Hay cuatro problemas matrimoniales tan letales, que un consejero matrimonial de renombre los denominó “los cuatro jinetes del Apocalipsis”
Aquellos que entienden las profecías de los cuatro primeros sellos en Apocalipsis 6 reconocen estos cuatro jinetes del Apocalipsis como símbolos de la falsa religión, guerra, hambruna y epidemias. Pero este consejero matrimonial sólo usa el término en relación con cuatro graves problemas.
John Gottman, autor de The Seven Principles for Making Marriage Work [Siete principios para que el matrimonio funcione], hizo una lista de cuatro enemigos del matrimonio, que consiste en: crítica, desprecio, auto-defensa y evasión.
Sus principios para resolver los problemas matrimoniales son muy útiles, pero no son nada nuevo. Hace mucho tiempo que Dios inspiró principios registrados en la Biblia con el fin de ayudar a los problemas de las relaciones personales—como problemas matrimoniales—con una promesa mejor de éxito. (Vea además nuestro artículo: “Cómo salvar su matrimonio”.)
Sin embargo, antes de examinar las claves de Dios para tener un matrimonio feliz, definamos estos cuatro problemas fatales que están presentes en muchos matrimonios en la actualidad, tal vez aún en el suyo.
Definamos crítica, desprecio, auto-defensa y evasión
Crítica puede involucrar censura, descrédito, condena y denigración. El hecho de que tal vez haya quejas contra la otra persona es algo que se puede entender. La mayoría del tiempo estas quejas se pueden resolver pidiendo disculpas por el error y tratando de enmendarlo lo más rápido posible. Una actitud constante de crítica, sin embargo, es un asunto completamente diferente que requiere un cambio en el carácter de la persona.
Desprecio es la ausencia total de admiración. Con frecuencia, en el desprecio también se incluye el disgusto, la mofa, el desdén y la burla. Estas respuestas no provienen de una relación matrimonial amorosa. Con frecuencia encontramos que el desprecio conlleva el cuestionamiento de los valores y motivos de la otra persona—otro problema matrimonial que debemos remover de nuestro hogar.
La auto-defensa es una reacción natural de la naturaleza humana. Cuando el ser humano es criticado o condenado, la reacción natural es responder inmediatamente defendiendo nuestras acciones y motivos, y puede ser que nuestras acciones y motivos sean puros y rectos, pero debemos preguntarnos: ¿Estoy simplemente negándome a aceptar mi responsabilidad?
Algunas veces nosotros devolvemos la situación a nuestro cónyuge. En lugar de afrontar lo que sucede, tal vez respondamos con una queja—aun puede ser una queja con razón—atacando verbalmente a nuestro cónyuge. Algunas veces nuestros contraataques son más fuertes y destructivos que la crítica que recibimos en primer lugar.
Debiera ser fácil darnos cuenta que un matrimonio feliz no puede existir a menos que el problema de la auto-defensa se supere.
La evasión puede ser fácil de entender, pero involucra algo más que simplemente ser una pared de piedra que ni responde ni dice nada. Nuestro autor define la evasión de esta forma: “El uso más común de esta palabra significa que intencionadamente se pospone algo, utilizando tácticas específicas. Aquellos que tienen el ‘don de la evasión’ evitan responder las preguntas, cambian de tema de conversación y aún llegan a lograr que la otra persona se olvide del tema. ¿Cómo evadimos las cosas? Algunas personas repiten información que no viene al caso…en otros casos simplemente se rehúsan a revisar su posición, repitiendo una y otra vez lo mismo. Los políticos con frecuencia son maestros de esta táctica”.
La base de todo es que una persona que evade no puede participar en una conversación respetuosa. Un matrimonio exitoso requiere que ambos cónyuges trabajen juntos y este problema matrimonial impide que esto ocurra.
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